MATE

MATE
La vida en un mate: sorber despacio y saborearlo con intensidad ya que el mate, como la vida, cuesta un tiempo prepararlo, pero si no se disfruta al beberlo, cuando se acaba ya será tarde. Fotografía tomada en Argentina durante el corralito del año 2002

29 enero 2013

Vuelta al mundo 2013, CAPITULO 12 – NÓMADAS DE MONGOLIA (GMT+8)

DÍA 20º ULAAN BAATAR - TASERKHAI ELS

Salida a las 9 de la mañana tras desayuno en Golden Gobi hostel y nos vamos en una van hasta un punto a las afueras de Ulaan Baatar, donde esperamos transporte más adecuado al terreno al que vamos. Contacto con nuestro primer ger. Esperamos dentro, y observo que hay todo lo necesario para vivir pero en un espacio de unos 30 metros cuadrados que es lo que suelen medir en un perímetro hecho con varas de sauce entrelazadas y llamado khana. Estamos cerca de la capital, y la vida aquí tiene todas las comodidades que se pueden tener en una casa nómada : TV, dvd, frigo para el verano, cocina y hasta cds de música que nuestra anfitriona escucha mientras cocina.

Recuerdo la polémica surgida en España respecto a la idea de promocionar pisos de 40m2, y las voces que decían que eso no era una vivienda digna. Pues aquí viven en menos metros pero con una dignidad muy grande y aún tienen sitio para tratar muy bien a sus invitados. No siempre más metros significan más dignidad.

Nos llega nuestro nuevo transporte para los próximos días. Una furgoneta rusa de marca Usz, que aunque son ya muy antiguas, son todo terreno y ahí siguen funcionando por estos países. Duras tienen que ser durísimas, como los Lada.

Tras salir con ella paramos a darle de beber, el ya no tan barato como en Rusia, gasoil. Llenado del depósito y de varios jerricans adicionales para zona donde vamos, y donde no hay estaciones de repostaje. Nuestro chofer se llama Jagaa y nuestra acompañante Ogi, que con el inglés Richard, la alemana Ina, los fineses Veli y Eero, y yo formamos un grupo de 7 personas, que nos encantaría viajar juntos a un sitio y con una gente esplendida.

Durante el viaje paisaje muy similar de colinas sobre estepas con ganado de todo tipo pastando escasos hierbajos que se abren paso sobre la nieve.

Tardaríamos 8 horas en llegar a nuestro destino a unos 280 kms de la capital, parando al mediodía a almorzar en otro grupo de gers con una familia súper acogedora, como por cierto pude comprobar son todas. Nos dan de comer unas buuz de carne de caballo junto a un te salado con manteca casera muy fuerte. Las buuz se preparan con masa cocida rellena de carne (habitualmente cordero), que se coloca en una bandeja sobre agua hirviendo en la estufa del ger, que siempre está ubicada en el centro de este, con salida de humos y respiración en la parte central del techo de lona llamado toono, que se sostiene mediante finas varillas de madera fácilmente desmontables llamadas uni.

Dentro de las tiendas siempre hay un protocolo que debes de conocer y respetar, al menos hasta que te ofrezcan por lo general su sitio. Nos reciben las mujeres y niños sentados a la derecha de la puerta, en el lado femenino junto a los útiles de cocina, y a nosotros nos ceden el sitio los hombres de la casa que suelen usar el lado izquierdo, o lado masculino. Se sientan con ellos el chofer y Ogi, cediéndonos a nosotros la mesa para comer.

El té salado con manteca no es muy indicado para nuestro paladar europeo, pero sería una descortesía enorme rechazarlo por lo que a beber y callar. Todos menos Eero, que no puede tomar lactosa, y educadamente pide a Ogi que se lo traduzca, cambiándole directamente su tazón por uno de té negro sin manteca. Todos íbamos a querer tener alergia a la lactosa. Así todo, la manteca se hace con un instrumento similar a una zambomba y que me hace recordar mi niñez cuando mi abuelas y una tía abuela mía, se pasaban horas consiguiendo esa rica manteca que yo desayunaba con pan y azúcar. Un recuerdo para vosotras mis tres abuelas.

Después de almuerzo salimos y en el exterior grupo de perrinos, que tienen su rancho asegurado, y primer de los muchísimos caballos mongoles que hay en el país, atado a un camión a la espera de su nómada dueño.

Al lado, nómada mongol no se resistió a cambiar su montura equina por una más moderna y veloz de marca japonesa o coreana, el progreso se abre paso irremediablemente, y no somos nadie para criticarlo, por que como pude comprobar la dureza de la vida en estas estepas, solo se puede compensar con aquellas cosas que la palien un poco. Y hoy en día esas cosas son los motores.

Continuamos viaje dejando atrás la carretera sin mucha nieve, para adentrarnos ya en pistas de nieve dura sobre las que el Usz ruso responde como lo lleva haciendo decenas de años. Y ya muy cerca de las montañas Hangayn, vemos un campamento de gers con ganado fuera que será nuestra casa ese día y el siguiente.

Nada más llegar veo improvisada cuadra, con dos cabritinos pequeños en el exterior de ella, comiendo pienso en un más que original y discurrido comedero, hecho con el neumático abierto de una moto clavado en una madera. Me acuerdo de mis dos padres que siempre tuvieron ideas y remedios caseros para todo, sin recurrir a comprarlo siempre, todo hecho. Sé que vosotros también hubierais pensado en esto si vivierais aquí, fijo papás.

Ogi nos indica pasemos dentro del ger principal y nos presenta a toda la familia. Onio y Battsetseg son el matrimonio mongol y Amka, Batgerel, Tunga y Anaraa sus respectivos dos hijos y dos hijas, y cuyas edades van desde los catorce años del mayor hasta los dos de la pequeñina, que como en todas las casas hace las delicias de toda la familia. En la parte del ger frente a la puerta, el lugar principal de la vivienda, es donde imágenes familiares comparten hueco junto a ofrendas chamanicas o lamaístas, así como instrumento musical artesanal similar a un pequeño chelo llamado morin chuur. Tampoco suele faltar la imagen del gran señor mongol, el idolatrado por todos: Gengis Khan.

Luego de conocernos, nos instalan en uno de los tres gers que tiene la familia, normalmente en uno hacen vida, y en otro tienen los víveres. En el nuestro hay tres camas y alfombrado suelo para los otros dos invitados, que con sacos que traíamos desde Ulaan Baatar dormiríamos calentinos con brasero toda la noche encendido.

Aparte de las muchas ovejas y cabras que guardan bajo entoldada cuadra, que aplaque la muy fría y heladora noche, poseen cuatro dromedarios que están aparcados en el exterior. ¿Aparcados? ¿estacionados? ¿O casi preparados para la competición? Pues esto último seria nuestra sorpresa para los dos días, íbamos a conocer como se viaja en dromedario.

Así que esa misma tarde Onio sale con mis amigos y competidores el británico Richard “Button” y los fineses Veli “Raikonnen” y Eero “Kovalainen” para los últimos entrenamientos libres que se hacen con una preciosa puesta de sol. La también amiga alemana Ina “Vettel” y un asombrado Alberto “Alonso” dan una vuelta a pie reconociendo el nevado circuito y preparando la carrera de mañana.

Y mañana, a la próxima entrada de blog, le pondré un punto de simpatía, que contraste con la dura y real vida de estas familias nómadas, en un terreno hostil sobre todo en el durísimo invierno, y con temperaturas, que rondan normalmente los 30 grados bajo cero.

Había estado todo el viaje, atravesando la heladora Siberia, sin utilizar los guantes que me son un gran estorbo para las fotos, aguantando bastante bien el mucho frío que hasta ahora vengo pasando, guareciéndolas de vez en cuando en los bolsos de mi chaqueta para evitar la congelación. Pero Mongolia es otra cosa, el frío seco es mucho más duro ante cualquier parte del cuerpo que no esté tapada con alguna prenda, por lo que imposible aguantar aquí sin ellos.

Por otra parte, nuestras técnicas botas de montaña, tan poco sirven aquí de nada, ya que los pies se congelarían en menos de una hora caminando por la nieve con esta temperatura. Así que tanto Goretex y tantas leches, y lo increíblemente calientes que tenemos los pies con unas botas completamente hechas en lana que nos han dejado. No tienen suela, ni plantilla, ni nada, son como un guante que te pones y lo aguantan todo. Estas, junto a otras de piel y cuero que usan para celebraciones y fiestas, son algo no comparable con ninguna marca técnica de montaña.

Ya de vuelta Onio y los nórdicos amigos sobre sus monturas, les ayudamos a guarecer el resto del ganado y a aparcar los sonrientes amigos de las jorobas, que como siempre están mascando chicle. Ellos duermen todo el año a la intemperie pero las vacas, ovejas y cabras, muchas de ellas paridas recientemente son guarnecidas y tapadas por un gran entoldado que les palie un poco el frío de la noche, que en algunos años llega a los -40ºC y provoca multitud de muertes de animales. Esos inviernos reciben el nombre de Dzuus y son la ruina para muchas de estas sencillas familias nómadas. Solo en los años 1999 y 2000, con uno de los duuzs más duros, murieron más de 8 millones de cabezas de ganado, dejando sin sustento a miles de familias. Eso sí es una crisis fuerte, muy fuerte. No hay animales, no se come.

Como os comentaba, este país tiene una de las densidades de población más bajas del planeta, pero sin embargo posee más de 50 millones de cabezas de ganado, que son pastoreadas todo el año, y realizando una trashumancia permanente en busca de pastos entre la nieve. Para que os hagáis una idea de la fuerte dependencia de estas gentes con su ganado, y la dureza de su trabajo.

En mi casa siempre hemos tenido ganado, vacas, ovejas, cabras, ahora hasta un simpático burrín de nombre Platero. Desde pequeño he ayudado a mis padres en todas las diarias y constantes labores que esto implica, disfrutando de los nuevos nacimientos pero también sufriendo en innumerables partos . Todo eso no tiene comparación con lo mismo, bajo este durísimo clima, y esta escasez de pastos y alimentos para el ganado en invierno. Me acuerdo mucho de mis padres, y me quito el sombrero ante todas las gentes del campo, sobremanera de con las que en estos días estoy conviviendo.

Es casi increíble como este ganado puede sobrevivir al durísimo invierno, escarbando con sus patas en la nieve, buscando algún hierbajo que comer, llegando algunas veces hasta hacerse sangre en las uñas. Solo se me viene a la cabeza cuando crucé casi durante una semana, el desierto del Sahara en coche, y ví a los saharauis y sus rebaños sobrevivir en la estrecha franja que delimita el territorio hoy marroquí del Sahara Occidental y la vecina y arenosa Mauritania. Supervivencia al limite, ganado y hombres, hombres y ganado. Dependencia mutuamente estrecha, y supervivencia solamente factible a base de trashumar el ganado de un lugar a otro, y para lo que son tan fácilmente trasladables sus gers. Suele tardarse menos de dos horas en montarlos y una en desmontarlos. Peso aproximado de 250kgs, calor de hogar, vivienda de por vida. Decathlon no sería capaz de diseñar algo así, y que encima aguante vientos fortísimos de muchos kilómetros por hora.



Ya todo despachado nos vamos metiendo todos en el ger para cenar. A lo lejos veo venir a Tunga que debe venir de hacer un pipí. Aquí el cuarto de baño es alejarse de la tienda, los hombres en una dirección y las mujeres en la otra, y no hace falta tirar de la cadena, la nieve de la noche ya hace el resto.

Cenamos todos juntos en el ger principal una sopa de nudels con carne y zanahoria, sirviéndonos la comida siempre de este a oeste, y con ella té negro. Con un sobrecito de té se colorea el agua caliente de 8 tazas y da para todos. Me acuerdo de casas donde se usan dos sobres por taza, jajá. Un beso chicas mías. Luego una vuelta viendo como la noche se va enfriando, lavado de dientes a casi -30ºC y para nuestra tienda.

En ella, montamos improvisadas camas con esterillas y saco en el suelo sobre gruesas mantas que nos dejaron. En el Ger hace mucho calor que desaparece enseguida cuando haces la meada de media noche. Aunque ya dormidos, sentía como Onio nos venía cada 2 horas a atizar la estufa de nuestro ger para que no pasáramos frio. He estado en muchos de los mejores hoteles del mundo, complejos de 5 estrellas, y resorts de gran lujo, pero el verdadero lujo está en estos sitios y con esta gente. Sin luz eléctrica, ni agua corriente, ni calefacción central, ni TV por cable, sin todo eso que muchas veces no apreciamos porque nos viene dado, ellos nos consiguieron que lo tuviéramos todo. Teníamos luz con paneles solares mediante baterías para la noche, agua con nieve deshelada en el interior de la tienda, calor con estufa de leña y hasta tv con antena satélite en el exterior a unos 300 kms de la gran ciudad. ¿No es el verdadero lujo?

Buenas noches a todos, las mías han sido excelentes. Gracias nómadas de Mongolia, vuestra vida es un ejemplo de vida y supervivencia. Nuestra mal llamada crisis económica, es mas una crisis moral, ya que como vosotros siempre tendríamos el campo y el ganado para volver a él, y encontrar fácilmente un trabajo con el que sustentarnos, pero teniendo unas tierras en las que tiras unos granos de maíz y te salen solas 100 panollas, o sueltas el ganado en cualquier monte y tiene comida para una vida sin prácticamente hacer nada por lo benigno y fructífero de nuestro clima. Vivimos en los mejores lugares del planeta pero somos irresistiblemente dependientes de una vida cosmopolita, solo llevadera en tiempos de bonanza. Es solo una reflexión personal, pero la opción más real a barajar para muchas personas al finalizar las dependientes ayudas. Esta gente, en nuestra esplendida y rica Asturias inundaría los pastizales de ganado y viviría su verdadero lujo laboral.

Acabo con dos frases que he leído y que me han gustado mucho:

“Se dice que los mongoles tienen cinco hocicos: el más importante el de su caballo, con el que conquistaron medio mundo, el del camello, el de la oveja, el de la vaca y el del yak de las montañas”

Y la otra dedicada a su fiel animal, y transporte en tan difíciles terrenos el caballo:

“ Un mongol sin caballo, sería como un pájaro sin alas”

Como siempre capítulos anteriores en:

Http://albertocampamontes.blogspot.com

Y no os perdáis el próximo…regresa la Formula 1, con el gran premio de Mongolia.

2 comentarios:

  1. Genial Alberto, gracias por compartirlo todo menos el frío ;) un abrazo y buen viaje.

    Marcos

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  2. Esto cada vez se parece más a esas series televisivas que cuando parece que va a ocurrir algo muy importante salía el anuncio de: Continuará .-).
    Dada la dura climatología creo que me gustará más conocer esos lugares leyendo tus aventuras que vivirlas "in situ".
    Ya he reservado dos entradas para la F1 de mañana. Espero que nos dejes en buen lugar.

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