MATE

MATE
La vida en un mate: sorber despacio y saborearlo con intensidad ya que el mate, como la vida, cuesta un tiempo prepararlo, pero si no se disfruta al beberlo, cuando se acaba ya será tarde. Fotografía tomada en Argentina durante el corralito del año 2002

31 enero 2013

Vuelta al mundo 2013, CAPITULO 14 – TRANSMONGOLIANO (GMT+8) A (GMT+9)

DÍA 22º KARAKORAN – ULAAN BAATAR

A la mañana me levanto de mi mullida cama, sin el dolor de cuello del día anterior, pero también es verdad sin la vista de la luz del día entrando por el agujero del ger.

Para compensar tenía a mi lado a un gran peluche, perteneciente a la pequeñaja de la casa, Bilguum, y que me debió dejar allí colgado para que me cuidara mis sueños. Bilguum, vino más de treinta veces la noche anterior a verme, y repetir en casi correcto español lo que yo le decía, después de cena que nos preparó su mamá Enkhee.

La cena eran unas deliciosas buuz con relleno que prefería no saber la procedencia pero que una vez comidas y saberme a gloria, eran de tripa de cordero troceada. La verdad que le llevó varias horas hacer la masa, hacerla fina con el rodillo, en lo que colaboró y mucho la pequeñaja, y artesanalmente ir rellenando cada una de ellas antes de ponerlas a cocer sobre el agua en el fuego de la estufa.

El desayuno, ya lo tenía en la mesa, y eran unas riquísimas boortsog (especie de masa frita cortada en trocitos similares a galletas), que mojadas en café con leche hizo las delicias de este descansado viajero, que estaba preparado para emprender unas de las etapas de viaje más largas que hizo nunca.

Por delante, todo el día en bus para tras casi 400kms de sencilla carretera llegar a Ulaan Baatar, y esa misma tarde noche salir en viaje de regreso a Rusia en el Transmongoliano, y continuación tras breve parada a finalizar en Transiberiano en otros 3 días más seguidos. En total unas 100 horas de viaje casi seguidas. Pero nadie dijo que fuera fácil, es mi elección y una elección con la que estoy disfrutando muchísimo.

Despedida después de intentar entender algo de un artículo de revista en que salía noticia de futbol sobre el Barça, y en el que en la fotografía salía nuestro paisano azulgrana, Villa, en la lejana Mongolia.

Bilguum se resistía a abandonar mi cuello, pero el reloj mandaba. Por cierto ya no sé ni que reloj mandaba porque llevo cuatro o cinco horas diferentes conmigo encima, y a veces ya no sé a cuál hacerle caso. Me acerca hasta la estación de bus, el marido de Enkhee, que llegaba a casa después de trabajar toda la noche.

En la estación de la pequeña localidad, hoy en día de Karakoram , unos 15000 habitantes, un solo autobús se dispone a salir hacia la capital con mucha gente cargando bultos y subiéndose con sus calentinos gorros y el tradicional traje mongol, el deel.

Me subo y mi asiento está en la última fila, lo que iba a hacer que saltara de alegría en todos los baches de la carretera, mediante la buena suspensión neumática del coreano bus Hyundai. Como en el viaje hacia Ulaam desde Rusia días atrás, era el único occidental, y por ende el único español, entre otros casi 50 asiáticos, que al no tener ya asientos para todos, fueron en el pasillo en pequeños taburetes de plástico.

A media ruta, parada a comer en sencillo restaurante, después de que todo el mundo fuera al servicio, dispersándose en cercana colina nevada. Lavamanos sin agua corriente pero con pensado sistema que albergaba un litro de agua, que dejaba caer sobre las manos, mediante grifo con poco calibre de salida de agua.

No estaba yo con mucha hambre, al haberme llenado mucho mi desayuno a base de boortsog, que luego me enteré que en ruso se llaman xvorost. Pero todo el mundo comió cuasi plato único a base de carne de cordero con arroz, puré y hortalizas, el combinado número 15, para los que viváis en Gijón, y queráis pedirlo en México Lindo junto a la playa San Lorenzo.

Ya cayendo el brillante sol del día, vamos entrando en la capital mongola por barrios con muchos edificios de pisos construidos en la época estalinista, y que antes eran de fácil y casi gratuita ocupación pero que hoy en día, ya no están al alcance de la mayoría de la población. Lo mejor y lo peor del sistema capitalista y comunista se junta en esta ciudad, haciendo buenos y malos a los dos sistemas, y reflexionando como siempre, que en el término medio de casi todas las opciones está el acierto.

Igual es también ir nuevamente a contracorriente, pero quizá China está intentando, algo siempre muy difícil de llevar a cabo, pero que es no dejar bruscamente el sistema comunista para caer en las garras capitalistas, pero por otra parte, si favorecer que quien más quiera trabajar pueda tener mayores ingresos que los que solo se dejan llevar por el fallidamente proteccionista sistema. En fin, son disertaciones, que nunca llevan al acierto absoluto, al siempre ser difícil dirigir y agradar a toda una masa de gente que siempre pensará de diez maneras diferentes. Política odiada, política injusta, pero política necesaria para no caer en la absoluta y destructiva anarquía.

Otra vez que me voy por los cerros de Ube.., noooo, esta vez por los cerros de Ulaam Baatar. Tiempo para cenar algo antes de subirme al tren y revisar gmail, gtalk, gblog, gggggggggtodo y hasta Facebook y al tren nuevamente. Para ello en la calle cerca de la estación de bus pongo la mano y me para el primer coche que pasa. Aquí se lleva hacer autostop, y todos los coches que van en tu dirección te llevan, en este caso unos tres kilómetros de larga avenida hasta la estación del tren, y sin esperar nada a cambio o una pequeña propina.

Esta vez voy a conocer el tren del cuarto país del viaje, ahora le toca el turno a la línea transmongoliana, que procedente de Pekín, en la vecina China se va hacia Irkutsk y la capital rusa, en un viaje que entero, dura más de una semana seguida, y que por territorio mongol recorre unos mil kilómetros.

Me despido desde la ventanilla, de un precioso país, pensando que si hubiera tenido tiempo me hubiera gustado ir a un espectáculo casi único en el mundo, y que aquí es deporte nacional. Me refiero a la lucha mongola, en la que en un estadio varios corpulentos luchadores se enfrentan unos a otros hasta que va quedando solo uno, el ganador. Me recuerda a la prueba que mi equipo de carreras de montaña, el Avientu, organiza en la marea baja de la escarpada costa de Gijón, y que creo será en breve, siempre de viaje en estas fechas, siempre me lo pierdo. Suerte a todos los compañeros Avientus y a mis amigos esforzados corredores de montaña, y superficies sin asfaltar.

Había leído que tanto, la lucha, como el tiro con arco a unos 70 metros de distancia, y la monta a caballo son los deportes que han llegado a nuestros días, después de que un más que inteligente Gengis Khan, Temujin, para los amigos, fomentara entre sus tropas, para incentivar el entrenamiento de cara a sus batallas y conquistas, como anteriormente ya hacían los hunos, y buscando el chiste fácil, después en el congreso de los diputados, los otros.

Un aspecto de la lucha me llama la atención, y es la escasa chaquetilla abierta que llevan los masculinos competidores, y que leyendo su origen es un acto de absoluta protección al machismo. Y es que solo se permite la participación masculina, ante la vergüenza que pasaría cualquier varón si en una pelea perdiera con alguna corpulenta señora. Pues bien, al parecer años atrás una señora se disfrazó de varón en su cerrada indumentaria, y ganó varias peleas, siendo la humillación de los varones tan importante, que a partir de ese momento decidieron que el traje de pelea debía de ser abierto por delante para verse los pechos y distinguir a tan insignes damas luchadoras. Creo que fue el comienzo del top-less masculino.
Volvemos a nuestro tren, donde la vida sigue igual que en los rusos, pero con la salvedad de que las sabanas son de Mongolia, y que en esta ocasión viajo como en Ukrania, en clase kupé, nuestra segunda, y la diferencia en tamaño y confort de la litera se nota a la hora de dormir.


En mi cabina viajan conmigo esta vez, un chico buriata ruso de Ulaan Ude, y una chica de Mongolia que se dirige a Irkutsk. Como siempre al poco de viaje ya estaríamos intentando hablar en el poco ingles que sabíamos todos. Ulzii, va a ver a unos familiares en la ciudad cercana al lago Baikal, y Zandan vuelve a su casa con un extraño instrumento musical que ya había visto en alguno de los ger de Mongolia. Se trata de un morin-khuur, que se asemeja medio a una guitarra y medio a un chelo, al ser tocado con una vara de madera con cuerdas de cola de caballo, sobre otras dos cuerdas que se tensan en un final decorado con las figuras de tres caballos.

Durante el viaje, ya al día siguiente, animaría a Zandan a que nos tocara un poco, de muy diferente instrumento musical, con muy diferente sonido musical. Como indicaba en los itinerarios que elaboraba para mis clientes en la agencia de viaje, ahora toca:

Noche a bordo.

DÍA 23º TREN TRANSMONGOLIANO A RUSIA

De madrugada, pasamos frontera mongola en la última gran localidad del país, Sukhbaatar. El sistema es similar al del bus de entrada en el país, pero con la variedad de que aquí todo se hace en el interior del tren, y en el interior de cada compartimento. Separándose el vagón en el que viajamos los que atravesamos de un país a otro, para que, tras cerrarlo herméticamente, suben las policías mongolas, por cierto divinas de la muerte con su verdoso uniforme, a controlar pasaportes y visados, así como recogerlos todos para su correspondiente sellado en conjunto en el interior de la estación, mientras a nosotros, dos militares nos revisaban todo el equipaje sin permitirnos abandonar cada compartimento.

Luego estos militares se colocan a las puertas del vagón impidiendo que nadie lo abandone, salvo para ir al cercano toilette, al quedar clausurados también siempre los del vagón mientras el tren está parado. Os recuerdo que todo se va a la vía, y con el tren parado las estaciones serían un gran colector, si se utilizaran los servicios en ellas.

Después de larga espera, hacia las 11, hora de Mongolia, nos entregan los pasaportes ya con sello de salida del país, y otra máquina nos engancha para arrastrarnos hasta el border ruso, donde nos engancharían a otro tren, despues de pasar la frontera en una maniobra parecida pero más larga en tiempo, comenzando a pasarla sobre las 12 horas y finalizando con tiempo para comer en taberna de la estación al no volver a salir el tren hasta las 4 de la tarde hora de Ulaan Ude.

En la taberna de Kyakhta, aprovecho a comer, unos noodles (especie de spaguetti), y huevos cocidos con mayonesa, muy típicos en Rusia, mientras cargo batería del móvil y del pc. Con tiempo todavía después para comprar unos sellos locales para mi colección que añadiría a los que compre en Ulaan Baatar antes de partir. Tuve tanto tiempo, que hasta aproveché para sacar el billete en la estación, de trayecto final del transiberiano hasta Vladivostok. En perfecto ruso ya le indiqué a la únicamente ruso parlante despachadora, mi trayecto y clase deseada. Lo que hace la experiencia, ya van muchos billetes en este ferroviario viaje.

Kyakhta es una pequeña localidad fronteriza, con también mayoría de gentes buriatas, entre colonos rusos eslavos. No tiene demasiado interés aunque paseé un poco por sus calles antes de la salida del tren hacia Ulaan Ude.

Regresando al tren me llevo una sorpresa y es que en él vienen de viaje una pareja de franceses que están haciendo todo el recorrido del Transmongoliano, pero habiendo comenzado en Pekín y hasta su final en Moscu . Me presento a Matieu y a Tifanie, y me doy cuenta que no me sale hablar en francés, intuitivamente tanto me esforzaba en que alguien me entendiera en inglés, que ahora que tenía la facilidad de hablar en mi preferido y mejor hablado francés se me resistía un poco al principio. Pienso ahora un poco en cuanto me gustaba ir de pequeño a la Alianza Francesa de Oviedo, la cual me subvencionaba cada mes mi tía. Gracias Marta, me viene muchas veces a la mente, el sonido de aquel antiguo magnetofón con que nativos profesores nos daban las clases, y donde escuchábamos canciones de la preciosa París, a la que luego tantas veces iría trabajando de guía. Cuanto me sirvió y cuanto me gustó ir cada sábado. Que guapo es el francés, exceptuando el ruso claro, jajá.

Como os decía al final del trayecto y ya llegando de noche a Ulaan Ude, conseguí que Zandan nos tocara un par de canciones con el morin-khuur, y hasta le grabé una de ellas en mí móvil para luego poder escucharla, el resto del viaje en el transiberiano. Con Ulzii también intercambie música por Bluetooth pasándome ella de Mongolia y yo alguna de la poca española que tenía en mi terminal. Pero el que me sorprendió fue Zandan que me pasó también muchas canciones de un grupo argentino que nunca había oído, pero que en español me supo a gloria ( Otro saludo Gloria Y Alberto), oírla en los largos días posteriores del transiberiano hacia Vladi.


Despidiéndonos antes de bajarnos del tren en Ulaan Ude, donde dormiría unas horas antes de embarcarme en el largo viaje al Pacifico, nos intercambiamos palabras en tres idiomas, dígase:

Hola – Privet – Sain uu.

Gracias – Spasiba – Bayrlalaa

Adiós – Poka – Bayrtai.

Como para dominarlos todos en un mes ¿eh?, menudo jaleo de palabras, y eso que no me las escriben en usado por los dos países cirílico perestroiko. Y mientras tanto una simpatiquísima niña buriata se agarra fuertemente a la barra de la cortina ante la amenaza de que se la baje de tan panorámica vista. Al final conseguimos despegarla del cristal. Que pocholada. Dormitaré unas horinas antes de continuar contándoos cosas, que pasan para llegar a Vladivostok.

Nie zabivaiti.

29 enero 2013

Vuelta al mundo 2013, CAPITULO 13 – GRAN PREMIO CAMEL DE MONGOLIA (GMT+8)

DÍA 21º TASERKHAI ELS – KARAKORAM – MONASTERIO ERDENE ZUU

Fantástica sensación despertar en el ger viendo entrar la luz por el agujero superior, con la estufa calentando después de que se pasara nuestro anfitrión toda la noche tizando. Silencio solo perturbado por el paso de algún avión, por los cielos de Mongolia. Ya despierto, saboreo el momento intensamente, y pienso como comentaba ayer que este es el verdadero lujo de viajar, las sensaciones más intensas y guapas de vivir un viaje. Me supo a mucho, este instante me supo muchísimo, tampoco nunca lo olvidaré.

Antes de ir recogiendo todo dentro de la tienda, salgo al exterior donde la temperatura a esas horas debe rondar los 30 grados bajo cero, pero puedo contemplar una preciosa salida del sol, de las más bonitas que he visto, cerca de las todavía lejanas montañas de Hangayn, a través de los pequeños matojos de hierba que sustentan en este duro invierno a los animales de Onoi y su familia.

A esas horas sus dos hijos ya le ayudan a destapar el toldo con el que protegieron al ganado durante la heladora noche, y su mujer preparó un piensín para las ovejas y cabras que habían parido en los últimos días. Estas fueron las primeras en sacar de la cuadra para que junto a los cabritinos y ovejas de leche, fueran comiendo en primer lugar un poco más que el resto que saldría en tromba a continuación, para finiquitar el trabajo.


Luego de dejar listo el trabajo de la mañana, ya todo se orienta hacia el gran espectáculo del día: El gran premio Camel de Mongolia de Fórmula 1.

La actividad en el motor home de los equipos empieza a ser frenética, preparando los bólidos para el inicio de la carrera, donde se ajustan alerones delanteros y se tienen a mano las mantas para tapar y mantener el calor de los neumáticos.

El circuito está en perfectas condiciones pero obliga a usar neumáticos de nieve, la nieve de la noche con el intenso frío es seca, así que hasta arriesgando un poco se pueden poner intermedios. Esperaremos un poco hasta los instantes previos para marcar la estrategia de carrera.

Los espectadores acceden al recinto para ver el gran premio, vienen de todas partes y de todas las razas. Los de raza canina hasta pasaron la noche en el circuito y se levantan un poco llenos de escarcha y nieve de la noche. La juventud de Mongolia también se acerca entusiasmada aunque un poco dormida.

Y en el interior el grupo de pilotos, posa para los fotógrafos en desayuno oficial del Camel Racing. En la fotografía, de izquierda a derecha, vemos a la representante alemana: Ina “Vettel”, por el país anfitrión a Ogi, por Finland al rubísimo Veli “Kovalainen” y Eero “Raikonnen” y por último al británico Richard “Button” . Coronando el grupo y con la característica montera picona polar, el incombustible Alberto “Alonso” que intentaría dar guerra en la carrera con su Ferrari Camel.

Mientras tanto en el exterior, el Ferrari Camel de Alberto “Alonso” Campa, está ya a punto para salir a pista, pero todavía hay la duda de que neumático usar, por lo que se decide llevar uno de seco arrastrando por el bólido hasta la parrilla de salida.

Un fallo del equipo, hace que las cámaras se fijen en que no se ha secado y limpiado de nieve el habitáculo del monoplaza, y se observa mucha humedad entre los dos depósitos de fuel. Inmediatamente los mecánicos de Camel Ferrari, subsanan el error e insertan silla ergonómica, entre los depósitos, hecha a medida de un inquieto “Alonso”.

En la línea de salida, ya al pie de los monoplazas, la azafatas posan para las cámaras, no distinguiendo de razas ni especies en tan multicultural y animal parrilla de salida. El día es soleado y hace brotar las sonrisas.

Foto a los botines de los pilotos que todos usan la marca “Puma”, en este caso el modelo “Puma Siberiano XCR” , el mejor contra el frío de esa mañana en el circuito e insuperable por la marca Goretex, no hay comparación alguna en cuanto a rendimiento de estas hechas con la mejor Cachemir.

Los mecánicos y mecánicas van recogiendo los bártulos y dejando solos a los monoplazas, que en instantes serán ocupados por los pilotos. Se masca la tensión. En este caso la tensión la mascan continuamente los camel bólidos, no paran de mascar y mascar.


Alberto “Alonso” sube a su monoplaza ayudado por su jefe de mecánicos, un siempre y en todo momento servicial Onio, el cual revisa que la configuración del Camel Ferrari sea la adecuada. En breves instantes esto comenzará.

Todo está listo para la salida en la parrilla. Alberto “Alonso” sale desde la pole, Eero “Raikonnen” en segunda posición, y en segunda línea Ina “Vettel” tendrá que arriesgar antes del final de la primera estepa, para intentar conseguir la cabeza de la prueba. Será por cabezas de carrera.

Un público enfervorizado anima desde la nevada grada mientras come algo para aguantar bien toda la prueba. El ambiente es descomunal, y hay una gran camaradería entre la hinchada ovina, más favorable a Vettel y la hinchada caprina, que anima mucho más a un caprino paisano de los Picos de Europa, Alberto “Alonso” .

La carrera ya está lanzada y “Alonso” mantiene la primera posición, seguido muy de cerca por “Vettel” que ganó la segunda posición en la salida a un muy conservador “Raikonnen”. La carrera transcurre inamovible en las primeras vueltas.

Pero ya al poco del final después de entrar en boxes a cambiar neumáticos en una sola ocasión, un repentino adelantamiento por un error de pilotaje de “Alonso”, hace que “Vettel” y “Raikonnen” pasen al asturiano, que levanta la mano más diciendo adiós que protestando. Se le escapa el título, pero es lo que hay. El adelantamiento fue correcto según dirección de carrera.

Antes de finalizar la prueba, “Alonso” en un ataque de genio, empieza a azuzar a su Camel Ferrari, al grito que desde boxes su jefe de mecánicos le indica: “Schusss” “Schusss”, y el bólido sale al galope como si hubieran reconfigurado el alerón trasero, y acercándose a la cola, verdaderamente a la cola, os puedo asegurar que era la cola del monoplaza de “Raikonnen”, y se pega literalmente a la cola, que os digo que fijo era la cola.

Momentos de tensión que finalizan accionando “Alonso” el Kers, y sobrepasando antes de curva a un sorprendido finlandés. Por delante nuestra amiga Ina “Vettel” entra triunfadora en meta al haber sabido usar mejor sus armas de mujer con el amigo bólido camel.

Después de vuelta de honor, los monoplazas quedan estacionados debajo del pódium, para ser fotografiados por la prensa. Impresionante carrera. Duelo sin fin y justa ganadora nuestra compañera y amiga, la alemana Ina. Nada que objetar, aunque la prensa española se hacía eco de su adelantamiento con banderas azules en pista, que hacían pensar en la irregularidad del adelantamiento, pero luego se comprobó que no era así. Eran banderas de oración budistas, muy usadas en este país y que colgaban de los guarda railes.

Todos los medios de comunicación desplazados hasta aquí, descansan tras la prueba, antes de comenzar a recoger sus equipos, dígase antena parabólica muy bien enfocada durante todo el gran premio para dar señal a todas las televisiones mundiales. Buen trabajo “ Press Dogs”.

A continuación de la rueda de prensa en 5 idiomas (alemán, español, finlandés, mongol e inglés) todos los participantes y sus equipos posan para la foto oficial de este gran premio que pasará a los anales de la historia de la Camel Formula 1.

Espero esta retrasmisión haya sido de vuestro agrado, y sirva también para despertar el interés, además de por los temas deportivos, por la geografía e historia del país donde se celebró, así como por sus increíblemente hospitalarias gentes, que en todo momento nos mimaron y trataron con una amabilidad y un respeto mutuo, solo comparable con el de otros países del mal llamado tercer mundo.

En todo el planeta, y por todos los sitios por los que he viajado siempre me he encontrado a gusto, pero de especial manera, en todos los continentes que empiezan por “A”.

Y esto suena a despedida de esta familia, con la que comparto juegos y bromas con sus pequeños hasta el mismo momento de montarnos en nuestra furgo para seguir viaje, y fotografiar una y mil veces a todos sus amigos y compañeros en esta trashumante vida que son sus animales. En especial también, a dos jóvenes cachorrillos de buenísima perrina, que les amamanta antes de juguetear con ellos como buena mama. Dedicación a todas las madres del mundo. Que preciosidad de canes. Que buenos, y como les quieren todos los enanos de la casa, bueno del ger. Hay que hablar con propiedad.

Nos subimos al Usz soviético, y nos vamos todos con una sensación de que algo de nosotros se nos ha quedado en aquella ger, compartimos sensaciones de la experiencia, risas de la carrera en camello bactriano, que como podréis haber observado tiene dos jorobas y una inmensa mata de pelo que le protege del fuerte frío que hay aquí durante gran parte del año, y que le diferencia de su primo africano y árabe que solo tiene una joroba, es más alto y de menos pelo que este similar pero a la vez diferente pariente. Habiendo viajado en los dos, me quedo con la ergonomía de este, frente a la forma de montar la silla en el árabe, que hace que te duela todo el cuerpo.

Recorremos unos 70 kms más por pistas nevadas, hasta llegar al punto en el que nos vamos a separar. Estamos cerca de Karakoram y yo me apeo para irme esa tarde a visitar esta histórica ciudad, quedándome después a dormir en una casa que me encontró Ogi para pasar la noche.

Despedida apresurada, con hace poco conocidos amigos, pero con los que pasé y compartí unos buenos momentos de viaje. Ellos seguirán otro par de días recorriendo las montañas de Mongolia y yo debo regresar a Rusia a la noche siguiente desde Ulaan Baatar.

En el cruce me está esperando la amiga de Ogi y su marido con una furgo en la que me llevan hasta la cercana ciudad, antigua capital de un gran imperio. Por pistas heladas accedemos a su prefabricada casa, que se encuentra atravesando varios vallados terrenos, ya en la ciudad y pasando al lado del museo y el monasterio que luego visitaría. Rebaños de ganado caminan por la pista, apartándose al paso de los motorizados vehículos.

Vamos hasta su casa y dejo mi mochila grande en la que va a ser mi habitación esa noche, que no es otra que la de las pequeñas de la casa que la ceden a improvisado huésped. Esta familia, alquila durante el verano gers para los visitantes que vienen hasta aquí a ver esta antigua ciudad, pero ahora en invierno, prácticamente no hay gente, y usan la habitación de su vivienda para cuando arriba alguien solo.

Su marido me acerca hasta el museo de la ciudad, donde pasaré un par de horas recorriendo las salas dedicadas a la historia de este país, y en especial las dedicadas a la dinastía Khan. Imágenes de Gengis, y sus hijos, así como mapas con los territorios que llegaron a conquistar cada uno de ellos, hasta la desaparición casi invisible de su imperio, que para que os hagáis una idea de su tamaño, duplicó al imperio romano y cuadruplicó al de Alejandro Magno. Todo fue conquistado a lomos de sus resistentes caballos mongoles, llamados takhis, y un sistema de caballerizas para el cambio y descanso de estos animales, en su recorrido.

En el centro de la sala, una maqueta muestra como era Karakoram en su mayor esplendor, con casas fabricadas en ladrillo, y multitud de gers donde vivían las tropas y demás gentes de la ciudad. En la gran planicie exterior, me lo imagino y me alegro de estar nuevamente en un lugar donde pasaron muchas cosas hace casi 800 años. Como me hubiera gustado viajar algunos años después hasta aquí, con mi viajero preferido, Marco Polo.

Me recuerda mucho a la visita de otras ciudades hoy también desaparecidas, de otras tantas culturas que casi inexplicablemente desaparecieron en un breve espacio de tiempo, después de llegar a tener un gran poder. Me vienen a la cabeza, los mayas en Centroamérica, los incas en Sudamérica o mismamente los egipcios. La gran diferencia es que en estas otras civilizaciones si quedaron vestigios arquitectónicos en pie, mientras que aquí no ha quedado prácticamente nada, después de que la ciudad fuera arrasada por la dinastía china Ming.

Según leo fueron casi 200 años de grandiosa existencia, entre los años 1220 y 1380. Si permanecen en el terreno estelas funerarias, que también guardan mucho parecido con las de otros continentes, y algunos restos de estatuas en piedra de la zona.
A continuación, con un sol espléndido, bastante habitual todo el año en el país, por su carácter interior, y que en cierta manera palia el mucho frío reinante, voy a visitar el cercano monasterio de Erdene Zuu donde hoy monjes budistas mantienen tres de los muchos templos que había en su interior.

Igual que la geografía, la historia y en cierta manera la historia de las religiones es algo que siempre me ha fascinado muchísimo. Sobre todo por las guerras, cohabitaciones y armas de poder que representan estas, junto a las políticas de estado y movimientos étnicos. Me explico, no se puede entender la historia, sin analizar como la política y la religión han cohabitando y también se han enfrentado como generadores de inmenso poder, capaz de hacer unir y desunir a infinidad de pueblos en nuestro pasado, y afortunadamente hoy menos, pero también en nuestro presente.

La religión budista, casi más una filosofía de vida que una religión como las entendemos en occidente, también ha sido abrazada y perseguida en infinidad de ocasiones por los poderes de cada época. En su día poderes con cultura chamánica o animista la acogieron como una fuente de unión, y en otros tiempos más recientes los regímenes comunistas las prohibieron y persiguieron como señales de peligro de desunión de su población en contra de sus ideales políticos.

Es el caso de este monasterio que fue casi devastado y perseguido hasta, permanecer solo en pie una ínfima parte de lo que fue en su día. Hoy junto a estos tres templos budistas permanece también una blanca stupa, muy similar a las ya vistas anteriormente en gran número en el cercano país al Tíbet, Nepal, donde viajamos con unos buenos amigos de Gijón. Un abrazo Betty & Jose.

En la puerta de acceso emblema del escudo que hay en la bandera mongola donde destaca el símbolo del yin y el yang, que fotografío justo en el momento en que la caída del sol hace que la sombra lo parta en dos, como queriéndome mandarme una señal ya conocida y que comparto: en todo lo bueno hay una pequeña parte mala, y en todo lo malo hay una pequeña parte buena. Acierto sin fin que podemos aplicarnos todos sin excepción alguna. Es la realidad humana, quizá nuestra forma intrínseca de supervivencia. Lo queramos o no, es así.

Molinillos de oración por doquier, banderas de oración, pañuelos azules amarrados en las puertas de los templos, así como formando ovoos (montículos de piedras y huesos) y una muralla de grandes dimensiones, que quizá en un momento mejor del país haga que nuevamente se reconstruyan más templos en este gran complejo budista.

Ya cayendo la noche me retiro a mi casa de acogida para cenar y pasar noche, pero lo dejo para ir contándoos más en el próximo post, el de hoy ha sido largo e intenso. Que tengáis muy buen día, o muy buenas noches.

Espero os haya gustado,“Spasiba”.

Como siempre capítulos anteriores en:

Http://albertocampamontes.blogspot.com

Vuelta al mundo 2013, CAPITULO 12 – NÓMADAS DE MONGOLIA (GMT+8)

DÍA 20º ULAAN BAATAR - TASERKHAI ELS

Salida a las 9 de la mañana tras desayuno en Golden Gobi hostel y nos vamos en una van hasta un punto a las afueras de Ulaan Baatar, donde esperamos transporte más adecuado al terreno al que vamos. Contacto con nuestro primer ger. Esperamos dentro, y observo que hay todo lo necesario para vivir pero en un espacio de unos 30 metros cuadrados que es lo que suelen medir en un perímetro hecho con varas de sauce entrelazadas y llamado khana. Estamos cerca de la capital, y la vida aquí tiene todas las comodidades que se pueden tener en una casa nómada : TV, dvd, frigo para el verano, cocina y hasta cds de música que nuestra anfitriona escucha mientras cocina.

Recuerdo la polémica surgida en España respecto a la idea de promocionar pisos de 40m2, y las voces que decían que eso no era una vivienda digna. Pues aquí viven en menos metros pero con una dignidad muy grande y aún tienen sitio para tratar muy bien a sus invitados. No siempre más metros significan más dignidad.

Nos llega nuestro nuevo transporte para los próximos días. Una furgoneta rusa de marca Usz, que aunque son ya muy antiguas, son todo terreno y ahí siguen funcionando por estos países. Duras tienen que ser durísimas, como los Lada.

Tras salir con ella paramos a darle de beber, el ya no tan barato como en Rusia, gasoil. Llenado del depósito y de varios jerricans adicionales para zona donde vamos, y donde no hay estaciones de repostaje. Nuestro chofer se llama Jagaa y nuestra acompañante Ogi, que con el inglés Richard, la alemana Ina, los fineses Veli y Eero, y yo formamos un grupo de 7 personas, que nos encantaría viajar juntos a un sitio y con una gente esplendida.

Durante el viaje paisaje muy similar de colinas sobre estepas con ganado de todo tipo pastando escasos hierbajos que se abren paso sobre la nieve.

Tardaríamos 8 horas en llegar a nuestro destino a unos 280 kms de la capital, parando al mediodía a almorzar en otro grupo de gers con una familia súper acogedora, como por cierto pude comprobar son todas. Nos dan de comer unas buuz de carne de caballo junto a un te salado con manteca casera muy fuerte. Las buuz se preparan con masa cocida rellena de carne (habitualmente cordero), que se coloca en una bandeja sobre agua hirviendo en la estufa del ger, que siempre está ubicada en el centro de este, con salida de humos y respiración en la parte central del techo de lona llamado toono, que se sostiene mediante finas varillas de madera fácilmente desmontables llamadas uni.

Dentro de las tiendas siempre hay un protocolo que debes de conocer y respetar, al menos hasta que te ofrezcan por lo general su sitio. Nos reciben las mujeres y niños sentados a la derecha de la puerta, en el lado femenino junto a los útiles de cocina, y a nosotros nos ceden el sitio los hombres de la casa que suelen usar el lado izquierdo, o lado masculino. Se sientan con ellos el chofer y Ogi, cediéndonos a nosotros la mesa para comer.

El té salado con manteca no es muy indicado para nuestro paladar europeo, pero sería una descortesía enorme rechazarlo por lo que a beber y callar. Todos menos Eero, que no puede tomar lactosa, y educadamente pide a Ogi que se lo traduzca, cambiándole directamente su tazón por uno de té negro sin manteca. Todos íbamos a querer tener alergia a la lactosa. Así todo, la manteca se hace con un instrumento similar a una zambomba y que me hace recordar mi niñez cuando mi abuelas y una tía abuela mía, se pasaban horas consiguiendo esa rica manteca que yo desayunaba con pan y azúcar. Un recuerdo para vosotras mis tres abuelas.

Después de almuerzo salimos y en el exterior grupo de perrinos, que tienen su rancho asegurado, y primer de los muchísimos caballos mongoles que hay en el país, atado a un camión a la espera de su nómada dueño.

Al lado, nómada mongol no se resistió a cambiar su montura equina por una más moderna y veloz de marca japonesa o coreana, el progreso se abre paso irremediablemente, y no somos nadie para criticarlo, por que como pude comprobar la dureza de la vida en estas estepas, solo se puede compensar con aquellas cosas que la palien un poco. Y hoy en día esas cosas son los motores.

Continuamos viaje dejando atrás la carretera sin mucha nieve, para adentrarnos ya en pistas de nieve dura sobre las que el Usz ruso responde como lo lleva haciendo decenas de años. Y ya muy cerca de las montañas Hangayn, vemos un campamento de gers con ganado fuera que será nuestra casa ese día y el siguiente.

Nada más llegar veo improvisada cuadra, con dos cabritinos pequeños en el exterior de ella, comiendo pienso en un más que original y discurrido comedero, hecho con el neumático abierto de una moto clavado en una madera. Me acuerdo de mis dos padres que siempre tuvieron ideas y remedios caseros para todo, sin recurrir a comprarlo siempre, todo hecho. Sé que vosotros también hubierais pensado en esto si vivierais aquí, fijo papás.

Ogi nos indica pasemos dentro del ger principal y nos presenta a toda la familia. Onio y Battsetseg son el matrimonio mongol y Amka, Batgerel, Tunga y Anaraa sus respectivos dos hijos y dos hijas, y cuyas edades van desde los catorce años del mayor hasta los dos de la pequeñina, que como en todas las casas hace las delicias de toda la familia. En la parte del ger frente a la puerta, el lugar principal de la vivienda, es donde imágenes familiares comparten hueco junto a ofrendas chamanicas o lamaístas, así como instrumento musical artesanal similar a un pequeño chelo llamado morin chuur. Tampoco suele faltar la imagen del gran señor mongol, el idolatrado por todos: Gengis Khan.

Luego de conocernos, nos instalan en uno de los tres gers que tiene la familia, normalmente en uno hacen vida, y en otro tienen los víveres. En el nuestro hay tres camas y alfombrado suelo para los otros dos invitados, que con sacos que traíamos desde Ulaan Baatar dormiríamos calentinos con brasero toda la noche encendido.

Aparte de las muchas ovejas y cabras que guardan bajo entoldada cuadra, que aplaque la muy fría y heladora noche, poseen cuatro dromedarios que están aparcados en el exterior. ¿Aparcados? ¿estacionados? ¿O casi preparados para la competición? Pues esto último seria nuestra sorpresa para los dos días, íbamos a conocer como se viaja en dromedario.

Así que esa misma tarde Onio sale con mis amigos y competidores el británico Richard “Button” y los fineses Veli “Raikonnen” y Eero “Kovalainen” para los últimos entrenamientos libres que se hacen con una preciosa puesta de sol. La también amiga alemana Ina “Vettel” y un asombrado Alberto “Alonso” dan una vuelta a pie reconociendo el nevado circuito y preparando la carrera de mañana.

Y mañana, a la próxima entrada de blog, le pondré un punto de simpatía, que contraste con la dura y real vida de estas familias nómadas, en un terreno hostil sobre todo en el durísimo invierno, y con temperaturas, que rondan normalmente los 30 grados bajo cero.

Había estado todo el viaje, atravesando la heladora Siberia, sin utilizar los guantes que me son un gran estorbo para las fotos, aguantando bastante bien el mucho frío que hasta ahora vengo pasando, guareciéndolas de vez en cuando en los bolsos de mi chaqueta para evitar la congelación. Pero Mongolia es otra cosa, el frío seco es mucho más duro ante cualquier parte del cuerpo que no esté tapada con alguna prenda, por lo que imposible aguantar aquí sin ellos.

Por otra parte, nuestras técnicas botas de montaña, tan poco sirven aquí de nada, ya que los pies se congelarían en menos de una hora caminando por la nieve con esta temperatura. Así que tanto Goretex y tantas leches, y lo increíblemente calientes que tenemos los pies con unas botas completamente hechas en lana que nos han dejado. No tienen suela, ni plantilla, ni nada, son como un guante que te pones y lo aguantan todo. Estas, junto a otras de piel y cuero que usan para celebraciones y fiestas, son algo no comparable con ninguna marca técnica de montaña.

Ya de vuelta Onio y los nórdicos amigos sobre sus monturas, les ayudamos a guarecer el resto del ganado y a aparcar los sonrientes amigos de las jorobas, que como siempre están mascando chicle. Ellos duermen todo el año a la intemperie pero las vacas, ovejas y cabras, muchas de ellas paridas recientemente son guarnecidas y tapadas por un gran entoldado que les palie un poco el frío de la noche, que en algunos años llega a los -40ºC y provoca multitud de muertes de animales. Esos inviernos reciben el nombre de Dzuus y son la ruina para muchas de estas sencillas familias nómadas. Solo en los años 1999 y 2000, con uno de los duuzs más duros, murieron más de 8 millones de cabezas de ganado, dejando sin sustento a miles de familias. Eso sí es una crisis fuerte, muy fuerte. No hay animales, no se come.

Como os comentaba, este país tiene una de las densidades de población más bajas del planeta, pero sin embargo posee más de 50 millones de cabezas de ganado, que son pastoreadas todo el año, y realizando una trashumancia permanente en busca de pastos entre la nieve. Para que os hagáis una idea de la fuerte dependencia de estas gentes con su ganado, y la dureza de su trabajo.

En mi casa siempre hemos tenido ganado, vacas, ovejas, cabras, ahora hasta un simpático burrín de nombre Platero. Desde pequeño he ayudado a mis padres en todas las diarias y constantes labores que esto implica, disfrutando de los nuevos nacimientos pero también sufriendo en innumerables partos . Todo eso no tiene comparación con lo mismo, bajo este durísimo clima, y esta escasez de pastos y alimentos para el ganado en invierno. Me acuerdo mucho de mis padres, y me quito el sombrero ante todas las gentes del campo, sobremanera de con las que en estos días estoy conviviendo.

Es casi increíble como este ganado puede sobrevivir al durísimo invierno, escarbando con sus patas en la nieve, buscando algún hierbajo que comer, llegando algunas veces hasta hacerse sangre en las uñas. Solo se me viene a la cabeza cuando crucé casi durante una semana, el desierto del Sahara en coche, y ví a los saharauis y sus rebaños sobrevivir en la estrecha franja que delimita el territorio hoy marroquí del Sahara Occidental y la vecina y arenosa Mauritania. Supervivencia al limite, ganado y hombres, hombres y ganado. Dependencia mutuamente estrecha, y supervivencia solamente factible a base de trashumar el ganado de un lugar a otro, y para lo que son tan fácilmente trasladables sus gers. Suele tardarse menos de dos horas en montarlos y una en desmontarlos. Peso aproximado de 250kgs, calor de hogar, vivienda de por vida. Decathlon no sería capaz de diseñar algo así, y que encima aguante vientos fortísimos de muchos kilómetros por hora.



Ya todo despachado nos vamos metiendo todos en el ger para cenar. A lo lejos veo venir a Tunga que debe venir de hacer un pipí. Aquí el cuarto de baño es alejarse de la tienda, los hombres en una dirección y las mujeres en la otra, y no hace falta tirar de la cadena, la nieve de la noche ya hace el resto.

Cenamos todos juntos en el ger principal una sopa de nudels con carne y zanahoria, sirviéndonos la comida siempre de este a oeste, y con ella té negro. Con un sobrecito de té se colorea el agua caliente de 8 tazas y da para todos. Me acuerdo de casas donde se usan dos sobres por taza, jajá. Un beso chicas mías. Luego una vuelta viendo como la noche se va enfriando, lavado de dientes a casi -30ºC y para nuestra tienda.

En ella, montamos improvisadas camas con esterillas y saco en el suelo sobre gruesas mantas que nos dejaron. En el Ger hace mucho calor que desaparece enseguida cuando haces la meada de media noche. Aunque ya dormidos, sentía como Onio nos venía cada 2 horas a atizar la estufa de nuestro ger para que no pasáramos frio. He estado en muchos de los mejores hoteles del mundo, complejos de 5 estrellas, y resorts de gran lujo, pero el verdadero lujo está en estos sitios y con esta gente. Sin luz eléctrica, ni agua corriente, ni calefacción central, ni TV por cable, sin todo eso que muchas veces no apreciamos porque nos viene dado, ellos nos consiguieron que lo tuviéramos todo. Teníamos luz con paneles solares mediante baterías para la noche, agua con nieve deshelada en el interior de la tienda, calor con estufa de leña y hasta tv con antena satélite en el exterior a unos 300 kms de la gran ciudad. ¿No es el verdadero lujo?

Buenas noches a todos, las mías han sido excelentes. Gracias nómadas de Mongolia, vuestra vida es un ejemplo de vida y supervivencia. Nuestra mal llamada crisis económica, es mas una crisis moral, ya que como vosotros siempre tendríamos el campo y el ganado para volver a él, y encontrar fácilmente un trabajo con el que sustentarnos, pero teniendo unas tierras en las que tiras unos granos de maíz y te salen solas 100 panollas, o sueltas el ganado en cualquier monte y tiene comida para una vida sin prácticamente hacer nada por lo benigno y fructífero de nuestro clima. Vivimos en los mejores lugares del planeta pero somos irresistiblemente dependientes de una vida cosmopolita, solo llevadera en tiempos de bonanza. Es solo una reflexión personal, pero la opción más real a barajar para muchas personas al finalizar las dependientes ayudas. Esta gente, en nuestra esplendida y rica Asturias inundaría los pastizales de ganado y viviría su verdadero lujo laboral.

Acabo con dos frases que he leído y que me han gustado mucho:

“Se dice que los mongoles tienen cinco hocicos: el más importante el de su caballo, con el que conquistaron medio mundo, el del camello, el de la oveja, el de la vaca y el del yak de las montañas”

Y la otra dedicada a su fiel animal, y transporte en tan difíciles terrenos el caballo:

“ Un mongol sin caballo, sería como un pájaro sin alas”

Como siempre capítulos anteriores en:

Http://albertocampamontes.blogspot.com

Y no os perdáis el próximo…regresa la Formula 1, con el gran premio de Mongolia.