MATE

MATE
La vida en un mate: sorber despacio y saborearlo con intensidad ya que el mate, como la vida, cuesta un tiempo prepararlo, pero si no se disfruta al beberlo, cuando se acaba ya será tarde. Fotografía tomada en Argentina durante el corralito del año 2002

19 enero 2014

AMAZONIA CAPITULO 1 - DE ESPAÑA A GUAYANA


DIA 1 ASTURIAS MADRID

Nuevamente emprendo ruta hacia un destino, que es mucho más que un destino, es una gran región que abarca 9 países y ocupa medio continente sudamericano.
 

La Amazonia. Su solo nombre ya despierta interés porque además de evocar otros tiempos, un pasado indígena y un pasado colonial,  hoy sigue siendo en la foto radiográfica de la geografía mundial, el gran pulmón de este nuestro planeta tierra.

Aunque son muchos los viajes que en mi vida dieron comienzo, cuando uno se aventura a uno de larga duración le resulta muy difícil conciliar el sueño la noche anterior. En mi caso, no es por los preparativos o por hacer el equipaje que siempre dejo para las horas antes a partir, sino por todo lo que dejas en casa, lo que hay que resolver y atar para que uno se vaya pensando que no deja demasiadas cosas que puedan preocupar durante tanto tiempo.

Y como no, el trago más difícil es despedirse de lo que más quieres durante un tiempo no corto, y que inevitablemente es el sino de nuestra existencia, elegir, siempre elegir. Renunciar a algo que quieres por otra cosa que también quieres. Para mí, el acierto está en  tomar esa decisión solo temporalmente, y nunca renunciar a algo que quieres y te quiere, por otra cosa que quieres pero puedes disfrutar prudentemente. Afortunadamente siempre he recibido comprensión y apoyo de lo que mas quiero, para mí, el mejor regalo que se me puede hacer.

Y llega el momento de subirse al bus a primera hora de la tarde y comenzar ruta hacia el aeropuerto de Madrid al que llegaría a su Terminal 4,  pasadas las doce de la noche. Enlace a la T2 desde donde a primera hora de la mañana saldría mi vuelo de conexión a Paris. Después de tomar un cafetín  y un bocadillo que con mucho cariño me habían preparado en asturianas tierras, me dispongo a dormir un poco en el suelo de la zona de salidas, para unas horas más tarde, sacar tarjetas de embarque a Paris y Cayenne.

DIA 2 MADRID-PARIS-CAYENNE

Vuelo con Air Europa a Paris Orly a las 7 de la mañana, para desde allí volar con Air France a su destino colonia de Ultramar en Sudamérica.

El viaje será en un Airbus A-340, hermano pequeño del nuevo y grandísimo A-380, emblema hoy en día del consorcio aeronáutico europeo y para mí quizás, el mejor avión comercial del mundo y que tuve la suerte de conocer el año pasado en vuelo transoceánico de Tokyo a Los Ángeles, así como dormir hace unos meses muy cerca de donde se ensambla en la francesa ciudad de Toulouse.. A bordo, en un artículo de El País, leo que poco a poco Airbus ha ido ganándole la partida en construcción y venta de aeronaves a la histórica Boeing, siendo hoy el primer fabricante mundial. Algo se está haciendo muy bien en Europa.

Durante las casi 10 horas de vuelo hay ocasión de hacer muchas cosas, entre las que están ir leyendo algo de la historia de mi pronto destino en la Guayana, así como seleccionar alguna película no vista. Como me encantan las películas históricas o biográficas elijo “RUSH”, un film que narra la encarnizada lucha que mantuvieron a mediados de los 70 dos grandes pilotos de Fórmula 1, como eran el británico John Hunt y el austriaco Niki Lauda, mi ídolo por aquel entonces en la poco conocida y vista en TV, batalla de la Formula 1.

No es una gran película, pero si da para conocer que una rivalidad casi odiosa, se puede convertir en una ayuda a la superación y también en una fascinación por tu enemigo. Lo de Niki Lauda, su accidente y su posterior vuelta a los circuitos tras sus graves quemaduras, es todo un ejemplo de tenacidad y esfuerzo de campeón.  No es de extrañar que siga siendo, junto al también recientemente malogrado Michael Schumacher, uno de los grandes mitos de la historia de la italiana Ferrari.

Y la segunda película vista fue “JOBS”, la biografía del fallecido genio de la industria informática, que fundó y sufrió los vaivenes de su empresa del bocado en la manzana, APPLE. La película me pareció muy muy estilo americano, pero me quedo con una frase que me agradó mucho de Steve Jobs y que comparto: “la vida de las personas ha de ser simple”.

Llevo tiempo reflexionando que pasamos gran parte de la vida consiguiendo y acumulando cosas que al final no utilizamos lo suficiente como para mantenerlas, y creo que todos, a una altura de la vida, deberíamos emprender el viaje hacia lo simple, lo indispensable, lo verdaderamente importante. Yo llevo casi 5 años intentando conseguirlo, aunque el camino de deshacer es casi siempre tan difícil como el de crear, pero también inmensamente reconfortante.

El avión comienza el descenso cerda de las 4 de la tarde hora local, que respecto al horario español se ahorra 4 horas, y nada más desembarcar en el moderno aeropuerto FÉLIX ÉBOUÉ, compruebo tres cosas que así me imaginaba antes de llegar. Una, el húmedo calor que percibes nada mas sobrepasar la puerta del avión y que me acompañará por estas tierras, como otras veces por el Indico o el Sudeste Asiático, durante un tiempo.  La segunda, que todas las calles están asfaltadas, signo de que estás en la Amazonía más rica, y por último, que aunque en Sudamérica, en esta Guayana es como si estuvieras en Francia, sobre todo por los precios de los taxis desde el aeropuerto al centro de Cayenne, único medio de transporte.

Así que considero la opción siempre valida del autostop, tan practicado por mí en los tiempos mozos, para ir a estudiar y a las fiestas del oriente asturiano, cuando uno no tenía todavía los 18 ansiados años necesarios para conducir, y que viajando siempre es un último recurso.

No hubo que esperar mucho, y una amable guayanesa que trabaja en el aeropuerto me acerca hasta el centro, a la que va a buscar a sus hijos.

Paso dos: buscar donde dormir barato en una ciudad con precios europeos en vez de americanos. La opción más económica de la ciudad, a parte de la calle… pero es que llueve, no es otra que un hostel vietnamita a las afueras de Cayenne.

Ducha y pequeño descanso de casi 2 días de viaje desde Asturias. Curioso que el vuelo desde Paris sea de unos 7000kms, distancia parecida al curso del rio protagonista de mi viaje, el gran, caudaloso y largo Amazonas.

Paseo para conocer un poco la capital de la Guayana francesa antes de que caiga la noche. Puestos callejeros, edificios coloniales, calles asfaltadas  con algún que otro inevitable bache y ambiente entre amerindio, europeo y asiático, por la cantidad de laosianos que viven y trabajan aquí, y de los que más adelante os contaré un poco su historia.

Compro mi manjar preferido, y del que aquí se fabrica y consume en cantidad, por algo esta Guayana tiene el gentilicio de “francesa”. Sí, es “le pain”, el pan, la baguette….que rica. Lata de foigras, botella de agua y cena lista para el viajero “low cost”.

Finalizo mi primer día en las Guayanas tomando una cervecina en Le Dronmi, un coqueto bar del centro con wifi para conectarme a saber un poco de ustedes. “A demain mes amis”, la noche será calurosa, humeda y de difícil conciliación de sueño, pero estoy comenzando un estupendo y como siempre inolvidable viaje.

 

DIA 3 CAYENNE-ST LAURENT DE MARONI

A las 6 de la mañana ya es de dia en este territorio francés, asi que ducha rápida y paseo por las cuadriculadas calles de la capital para ver el mar. También me lo esperaba, tantos caudalosos ríos que vierten sus aguas en este Atlantico semi caribeño hace que el agua sea marrón, muy marrón.

En una cercana plaza un monumento a la reflexión. Unos grilletes y su cadena cortada hace recordar otras épocas en las que a estas Guayanas llegaban barcos y barcos de esclavos negros procedentes de todas partes de Africa y a todas partes de America.

El titulo de la película, evocando a una conocidad serie, en esta ocasión seria “Hombre libre, hombre preso”. Y es que si de algo nos tenemos que avergonzar generalmente los blancos de todas las potencias coloniales (Francia, Inglaterra, Holanda, Portugal, España…), es de nuestros antepasados reinantes que hicieron de las Americas, una de las mayores atrocidades humanas contra la raza humana, aunque esa raza humana tuviera un color no tan claro como el nuestro.

Hoy da gusto ver por estos y otros lares, que la cuestión ha quedado mayoritariamente abolida y superada, y que sin rencor, la vida continua en conjunto como aquí se puede apreciar. Algunos hasta corren mas veloces con inventos para los pies...

Por la calle paralela a la costa me dirijo hacia el centro, donde tengo que solucionar mi entrada posterior en la Guayana holandesa, hoy conocida por Suriname, y a la cual hasta hace poco se necesitaba un visado para entrar.

Afortunadamente ahora y por motivos turísticos, puedes acceder a ella solicitando en el Consulado una tarjeta de turista, que te emiten cortes y rápidamente por 25$. La verdad que es lo que mas me incomoda de los viajes, el tener que estar en manos del funcionario diplomático de turno que puede emitirte una visa en horas o en días, o a veces semanas, frustrando la entrada en algún próximo país que esperabas visitar.

Aprovecho, ya con mi solucionada entrada en antiguo territorio holandés, para visitar Cayenne. Muy cerca de allí el centro neurálgico de la ciudad que no es otro que la Place des Palmistes, llena de altísimas palmeras y rodeada de edificios coloniales que hoy albergan desde el Museo Departamental hasta el de las Culturas Guyanesas.

En otro precioso edificio el local mas conocido de la ciudad: el café Palmiste. En este local con su terraza con barandilla metalica uno domina tomando un sabroso café todo el movimiento mañanero de los guayaneses de origen negro y de los muchos de origen francés que aquí trabajan.

Desde allí me dirijo a visitar el otro gran aliciente de Cayenne, que es su Marché Centrale, atestado de frutas y verduras que mayoritariamente venden agricultores provenientes de Laos, que fueron trasladados aquí después de su cruenta guerra del siglo pasado.

Da gusto verles como preparan y presentan todos sus productos, entre los que destacan las muchas frutas asiatiacas que en sus americanas tierras cultivan junto a las locales. Es difícil acceder al interior del recinto por lo apelotonados de los puestos exteriores, pero una vez que pude entrar me recordó mucho al gran Marché de Papeete en la oceánica Polynesia, el cual visitamos hace años con amigos gijoneses y también departamento francés de ultramar.

A parte de la gran cantidad de puestos de artesanía, carnicerías, pescaderías, etc…es muy típico sentarse en mesas donde se puede degustar la típica sopa laoisana, a la cual también hace competencia la que preparan las mujeres de origen brasileño.

Una vez visitada la capital tomo un minibús colectivo que me llevará a conocer la segunda ciudad, y quizás la mas bonita, en el oeste del territorio. Para ello hay que esperar como casi siempre, a que se llene el minibús, cosa que es mas tediosa a estas ya tardías horas del dia, ya que lleva unas horas encontrar suficientes pasajeros para partir. Salida de la ciudad viendo su omnipresente en toda Francia, Carrefour, y dato de coste de la gasolina: 1,54€/l…esto es Europa.

El viaje de unas 3 horas transcurre por varias regiones separadas por caudalosos y marrones ríos que las dividen. A mi lado viaja una inmensa chica negra con su nenina que empieza a juguetar con el blanco de la gorra y el periódico francés que recogió en el aeropuerto para leer y saber mas del “affaire Hollande”, notición también en este lejano departamento de la gran France.

Pasamos por Macouria y por Kourou, donde se halla el Centre Spatial Guyanais, desde donde la ESA lanza sus cohetes y satélites al estar a tan solo 5º del Ecuador, y siendo uno de los sitios mas propicios y estratégicos para los lanzamientos. Esto es debido a que cuando uno está en la zona ecuatorial viaja mucho mas deprisa en el viaje de rotación terrestre, por lo que los cohetes aprovechan dicho beneficio para consumir menos combustible en el despegue, a parte de no haber riesgo de movimientos sísmicos reseñables.

Pequeñas localidades como Sinnamary o Iracoubo, viven tranquilas el dia, y fuera de ellas la selva mira expectante la carretera que le ha robado algo de su terreno. Por supuesto que o se siega y tala constantemente los bordes de la carretera o ella volverá a por lo que es suyo.

A las 5 de la tarde arrivamos a St Laurent de Maroni, y el rio Maroni se me muestra grandioso y como no, también muy marrón, marron. Una decena de buscavidas se me apelotona para proponerme taxi y alojamiento, pero el chofer me salva escogiéndome uno que me llevará a mi sitio elegido para pasar la noche y que es el mas barato de St. Laurent.

Salimos en dirección a St. Jean, donde se debe ubicar, pero como suele pasar con las gentes locales, no conocen su localidad. Así que me veo bajándome del coche en un precioso resort con gente jugando al tenis y preparadas recepcionistas que me reconfirman que aquello no es el enclave amerindio Agami, lugar que le había indicado al despistado conductor.

Agami queda mas lejos y el despistado, pero negociante conductor me pide 10 europeos euros por llevarme nuevamente. No le saldrá bien la jugada por que se quedará sin esos 10 y sin los 5 inicialmente previstos, porque Albertín, se coge el petate camina el kilometro que hay hasta la carretera y se pone a hacer el socorrido y barato autostop.

Al poco un blanco de origen cors para y en su destartalado Renault me dice que va hasta Terre Rouge, cinco kms antes de Esperance, donde se encuentra mi esperada hamaca o cama. Me subo, entablamos conversación y cuando llegamos a su casa continua, diciéndome que me acercará hasta mi destino. Que de amigos se hacen viajando, y como se agradecen algunos gestos.

Agami es una cabaña con tejado de chapa que se encuentra en zona selvática pero bastante cuidada y que está regentada por un Amerindio y su mujer Carmen, dominicana de origen y encantadoramente hospitalaria con el español. Le digo que viajo intentando gastar lo menos posible y que me sirve una hamaca para pasar la noche, pero ella por el mismo precio me deja quedarme en una sencilla pero comoda habitación. La ducha en un cobertizo exterior con salamandra acompañando pegada a la pared de la ducha.

Su marido indio llega de navegar por el rio, cosa que hace habitualmente con gentes que recorren sus aguas buscando animales y tribus rio arriba. Para completar la buena suerte me dicen que me prepararan una típica comida amerindia a base de la yuca local, caza de la selva, que no pregunte que animal era, y pescado del rio ahumado. Todo ello con un aperitivo de Guaraná, mango y alcohol de palmera… riquísimo.
 


La noche de calor con ventilador pero una vez desconectado el helicóptero uno puede oir los ruidos de la “grand fôret”: sapos, pajaros…una sinfónica natural y muy agradable.
En la próxima entrada os hablaré de un penal muy conocido, con un preso muy famoso...os suena de algo: Papillón.

A bientôt mes amis!

8 comentarios:

  1. Esto promete. Buen comienzo, pero un poco caluroso; contigo no hay término medio o nos congelas por Siberia o nos haces chorrear de húmedos calores.

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  2. Jajaja, te esperaba Jose, sabia que te subirías también a este tren, bienvenue!

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  3. Hala!!! Ya me has enganchado...
    Y ahora como digo yo en casa que emprendo viaje a conocer la Amazonia eh??? :-)

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  4. Juer my friend La Amazonia !! ... Eso que vien a ser como dos veces Aramil ¿no? ... Que disfrutes de esti "nuestro" nuevo viaje y eso sí hidratate too lo que puedas ... por aquí me tendrás pendiente de tus crónicas ...un abrazu amigu !!

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  5. Intentaré llevarte al día porque luego no hay quien te siga!!!! Buen viaje...te acompaño.

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  6. Hola, lei esta parte de tu viaje y como justo estoy por viajar a las Guyanas queria saber si tienes información del hotel en Cayenne ?? o algun alojamiento relativamente barato. saludos y Gracias

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