MATE

MATE
La vida en un mate: sorber despacio y saborearlo con intensidad ya que el mate, como la vida, cuesta un tiempo prepararlo, pero si no se disfruta al beberlo, cuando se acaba ya será tarde. Fotografía tomada en Argentina durante el corralito del año 2002

03 marzo 2012

KIGALI GENOCIDE MEMORIAL Y HOTEL RUANDA Por Alberto Campa

KIGALI GENOCIDE MEMORIAL Y HOTEL RUANDA Por Alberto Campa

KIGALI GENOCIDE MEMORIAL Y HOTEL RUANDA
Por Alberto Campa                                            

Como os comentaba en mi último cuaderno de viaje relatando mi paso por Burundi y Ruanda, hubo un lugar que marcó mi viaje, un lugar muy especial que visite en la capital de Ruanda y como creo, no muchos de vosotros decidiréis pasar unas vacaciones en este país, intentaré transmitir lo que allí vi, oí y sentí, como homenaje personal a la mucha gente que también allí se quedó para siempre. Ese sitio es el Kigali Genocide Memorial en la capital ruandesa.
Este Museo al recuerdo, y también al aprendizaje y a la prevención de hechos como los que en esta ciudad y otras partes del país acaecieron en unos oscuros días para la humanidad de hace poco menos de dos décadas, está en una de las muchas colinas que tiene esta capital y también este país, apodado con mucha razón “Le pays des mille collines”.
Cuando se llega a la entrada de éste,se atraviesa un arco con tres palabras que dicen mucho y que en su interior van tomando forma, de forma contundente.
Kigali,rememora que en un lugar determinado, en una ciudad de un precioso país se concentraron y ocurrieron unos hechos que parecían impensables pudieran suceder hace tan poco tiempo, y hoy en día, en ese lugar, está el centro de un merecido recuerdo a las personas que en esa ciudad quedaron enterradas para siempre.
Genocide, es una palabra que recuerda que un acto, un mal acto, o fatídicos actos, no surgen por casualidad, por accidente o por la actuación de mentes perturbadas, sino que es la palabra que indica que ese atroz acto se hace premeditadamente y con una estrategia predeterminada para causar el máximo dolor posible a las previamente elegidas victimas.
Memorial, es una palabra que nos lleva a pensar que en la vida y en la historia de la vida, cabe el presente, el camino hacia adelante, e incluso en algunos pocos casos el perdón por el pasado, a quien sabe pedir perdón por el pasado, pero el recuerdo y la memoria deben permanecer siempre para que en el futuro, no haya que volver a pedir perdón por un terrible pasado.
Toda esta mi primera reflexión e introducción es solo para avanzar el relato de unas palabras que estarán omnipresentes en esta narración por lo que allívi, sentí, asimilé y para siempre recordaré.
El museo está bien estructurado, desde la recepción se baja a una sala inferior que en un recorrido circular con paneles en tres lenguas y algunos otros interactivos y multimedia, van informando ordenadamente de lo que en Ruanda acaeció no hace mucho tiempo. De hecho muchos de vosotros como yo, recordareis vagamente las noticias de esos días en los telediarios, y que sobrecogieron al mundo entero, a pesar de la poca información que a occidente nos llegaba.
En una primera sala, que nos introduce en los inicios del problema, se presenta la historia deRwanda, un país que antiguamente era el territorio de los Twas, un grupo étnico formado por pigmeos centroafricanos, que hoy en día representa tan solo el 1% de la población del país, y que se vieron poco a poco invadidos pacíficamente por nuevos pobladores Hutusprovenientes del sur de África.  A su vez estos, hoy el 85% de los habitantes deRuanda, en su mayoría agricultores, fueron poco a poco colonizados por pastores nómadas de las regiones del norte, los Tutsis, y que con en el trascurso de los siglos fueron sometiendo a la mayoría hutu y casi relegando a estos a un papel secundario de súbditos de los reinos Tutsis, siendo estos últimos en la actualidad un 14% de la población, y formando durante siglos un sistema casi feudal.
Posteriormente y con la entrada de los colonizadores europeos, en primer lugar los alemanes y tras perder estos la primera guerra mundial, los belgas que por mandato de la sociedad de naciones controlaron esta zona centroafricana junto al vecino Congo, las tensiones étnicas van en aumento, al dar estos un mayor poder a la minoría Tutsi sobre la mayoría Hutu, para controlar las riquezas del país en ese periodo colonial. El lema belga era “divide y vencerás”, y eso hicieron dividir aún mas si cabe a las etnias de la población de Burundi y Ruanda.
Con la independencia del país se deja el gobierno en manos del reinado Tutsi, pero al morir el rey hay un ajusticiamiento por parte de los hutus que acceden al poder, enviando a los tutsis al exilio en los países limítrofes. En el año 1972 los tutsis llevan a cabo la matanza de más de 300.000 hutus en la vecina Burundi. Esto crea un sentimiento anti tutsi  por parte del gobierno republicano hutu, que con el tiempo comienza a preparar unos grupos de milicianos cuasi mercenarios preparados para controlar y censar a la minoría Tutsi en lo que va a ser el germen del posterior genocidio.
Muchos Tutsis son desplazados y los intereses franceses van armando al gobierno hutu, comenzando las primeras matanzas por extremistas, buscando la solución final.
Una campaña de propaganda en la tv y sobre todo en la muy escuchada radio ruandesa va poco a poco calando en la mayoría hutu, e incitando a la animadversión y el odio hacia la minoría tutsi, durante tanto tiempo atrás clase dominante y opresora, lo que hace que esté sembrada la semilla para el posterior ataque final.
Mientras un proceso de paz, ante el ataque de los organizados grupos de exiliados tutsis en el exilio que provocan una guerra civil, se inicia en la cercana ciudad tanzana de Arusha y alentado por las Naciones Unidas, intenta dar una solución al problema a principios de los años 90, pero lejos de conseguir ese fin, comienzan a llegar a occidente noticias de las primeras matanzas selectivas en el noroeste del país, cerca de la región congolesa de Kivu, hoy todavía bastante convulsa.
Poco tiempo después una voz en la sombra que responde al nombre de Jean Pierre, comienza a alertar a las fuerzas internacionales de pacificación en el país, que unas milicias cercanas al régimen hutu, llamadas Interahamwe o patrullas de la muerte, tras reclutar entre la población a los hutus mas extremistas, se están entrenando y formando a unos  2000 miembros para comenzar el exterminio tutsi.
El general Romeo Dallaire al mando de las fuerzas ONU, da la voz de alarma al organismo en Nueva York de un inminente comienzo de la violencia, pero en ese momento no se actúa por vetos e intereses económicos de miembros del consejo de seguridad.
Y el 6 de Abril de 1994, es derribado muy cerca del aeropuerto de Kigali, el avión en el que viaje el presidente ruandés desde la vecina Burundi, junto a su homologo de este país. Este hecho marca el comienzo del futuro genocidio, y en pocas horas la Interahamwe esta en las calles de Kigali y en otras zonas del país, haciendo controles de carreteras y empezando con las matanzas de los primeros tutsis que por ellos pasan. Asimismo perfectamente organizadas y con la información previa de los domicilios de las familias tutsis, comienzan a llegar a las casas de estos, y a matar a los hombres y violar a las mujeres, delante de sus hijos intentando en todo momento causar el mayor daño posible.
Las obligatorias señas raciales que se introdujeron en los carnets de identidad de toda la población, ayudaban a identificar fácilmente a la etnia a exterminar.
En los siguientes paneles informativos del centro se comienza a hablar de como se realizó el Genocidio, previamente planeado al detalle. En las barreras se va aniquilando a los Tutsis que huyen por carretera, y con la información previa de los domicilios de los hutus más moderados y contrarios al régimen, se va también asesinando a estos y sus familias. Puedo contemplar fotos de los asesinados en ese primer día junto con algunas cadenas allí expuestas, que se utilizaron para maniatar a muchas personasantes de matarlas.
En otra vitrina varios fusiles y sencillos machetes, con los que la milicia hutu iba amputando manos y piernas a los muchos tutsis que luego morirían desangrados delante de sus familias. Como comentaba antes, muchas mujeres fueron violadas, pero en muchos casos por hutus que se sabia tenían el virus del sida, para así también el virus se fuera propagando entre la población tutsi, la cual no usaría ningún método preventivo como en la mayoría de África en aquellos años.
En pantallas interactivas, uno puede escuchar los relatos de algunos supervivientes, así como videos que se tomaron desde algún edificio del comienzo de la matanza. En otro se puede ver los cuerpos decapitados y mutilados al paso de los milicianos y fotografías del interior de algunas iglesias en las que muchas personas se refugiaron,pensando era un lugar seguro, y que en muchos casos sacerdotes hutus en connivencia  con los radicales, avisaron a estos últimos del fácil reagrupamiento de presas. Las fotografías de estas iglesias repletas de cadáveres son estremecedoras.
Sin embargo otros religiosos, como los del centro St. Paul de Kigali donde pasé las dos noches que me quedé en la capital, si ayudaron firmemente a casi 2000 personas a sobrevivir al genocidio. En la viña del señor, así como en los miembros de su iglesia, siempre hubo y habrá muchos Judas como el abad de Amadini o el padre Wenceslas de la catedral de Kigali, que engaño y llevó a la muerte a todos sus fieles tutsis y a sus amigos hutus que les ayudaban, pero en la mayoría de los casos, muchos otros que se jugaron su propia vida para salvar al resto de fieles fueran de la etnia que fueran, como en el caso de la diócesis de St.Paul en el centro de Kigali.
También hace saltar las lagrimas ver las imágenes de niños con machetazos en la cabeza, y amputaciones de los dedos de las manos, que sobrevivieron con estas secuelas quizá por  también deseo de sus agresores de causarles mucho mas daño psicológico que físico a estos si conseguían sobrevivir.
En la siguiente sala se muestra la devastación que en esos días se produjo con cientos de miles de muertos, decenas de miles de torturados, cantidad de mujeres violadas e infectadas con el VIH, familias completamente aniquiladas, pillaje, caos y unos 300.000 huérfanos en el país. Y en fin, una frase que resumía todo me sobrecogió bastante: “Ruanda estaba muerta”.
Seguidamente se muestra en varios paneles como se intentaría sin éxito  poner fin al genocidio, con apenas 300 soldados ghaneses  voluntarios y casi mercenarios que están en la ciudad. El general Dallaire telegrafía a su cuartel general solicitando más efectivos para parar la masacre, pero como casi siempre, el consejo de seguridad de Naciones Unidas, no se pone de acuerdo, ante el bloqueo ingles y norteamericano,  y resulta desastrosamente inoperativo. Dallaire consideraba que con solo 5000 soldados con mandato expreso de poder usar las armas hubiera detenido el inminente genocidio. Y no solo no se mandan más soldados, sino que se ordena evacuar a todos  los diplomáticos occidentales y a su personal, en una operación militar que definitivamente deja a su suerte a los refugiados en muchos de estos edificios.
En otra sala se muestra a las muchas personas que se jugaron su propia vida para salvar a centenares de personas, como el caso del relato recogido en el conocido film Hotel Rwanda, hoy en día el Hotel des Mille Collines, y donde posteriormente me iría a comer para conocerlo e intentar sentir lo que en sus salones y jardines se debió de vivir en aquellos días de hace unos pocos años.  Allí pase la tarde escribiendo parte de este relato que ahora os comparto, y esperé a ver Kigali de noche desde su azotea, como en su día muchos vieron comenzar el genocidio en sus calles.
En el museo a continuación nuevos paneles hablan de lo que ocurrió después del genocidio, donde las tropas tutsis del FPR en la frontera avanzaban y los asesinos hutus escapaban por la inacción y casi permisividad de las fuerzas francesas de la “Operación turquesa”, que dejaron irse a cientos de estos milicianos. La Cruz Roja instaló un gran campamento de refugiados en Goma, y la situación tendía a estabilizarse en el país, aún con alguna que otra vengativa matanza posterior. Pero el conflicto desactivado en Ruanda se trasladó con la llegada de miles de refugiados a Burundi y el Congo, lo que provocaría varias nuevas guerras en estos países.
Comienza entonces el rescate de los supervivientes, entre los que se encuentran miles de niños sin padres, familias separadas sin saber de la suerte de sus miembros y de los que en la mayoría de los casos nunca mas supieron al ser enterrados o quemados en colectivas fosas.
Finalizando el circulo de salas esta la de las consecuencias a largo plazo, donde se mencionan las secuelas psicológicas de los supervivientes, la de la justicia, que se intentó llevar a cabo con la creación del Tribunal Penal Internacional para Ruanda en la ciudadtanzana de Arusha, pero que también resultó bastante ineficiente al ser condenadas muy pocas personas, entre ellas el posterior presidente hutu investido tras la matanza. Simultáneamente se iban celebrando una serie de juicios populares por todo el país, sin casi garantías a los procesados, que vestidos con ropas rosadas, esperaban veredictos de los habitantes de esos pueblos.
Y ya cerrando el circulo, se intenta poner cara al pasado con numerosas fotografías de asesinados, videos de personas recordando a sus familiares muertos y contando lo que sucedió en esos días, y la construcción de este Memorial Center por parte de una fundación británica, el cual visitó el secretario general de la ONU el ghanés Kofi Annan, reconociendo en 2004, decimo aniversario del Genocidio, que éste podía haberse evitado sin la negligencia e ineficacia de este organismo internacional. Por su parte autoridades belgas, antiguos colonizadores, también reconocieron en el año 2000 su mal obrar al generar intencionadamente todas estas tensiones entre etnias para mantenerse en la región.
Paso al centro del circulo y veo las figuras en madera que simbolizan a toda la población de este país, ahora sin Hutus ni Tutsis, y solo con ruandeses unidos y recordando la omnipresente palabra genocidio. Y personalmente y para intentar siempre ser objetivos, no podemos  considerar a una etnia culpable y a la otra inocente, ya que las dos generaron igual odio a sus rivales, entre sus congéneres, durante siglos.
Al lado, en otra sala desde donde se sube a la parte superior, y como también existía en el visitado por mí hace unos años campo de exterminio nazi de Auswich en Polonia, cráneos, huesos, ropajes  y centenares de fotos de victimas, me hacen sentir aún más la realidad del terrible pasado de este país.
Ya en la planta superior visito una zona del Memorial dedicada a los niños, y no puedo evitar volver a derramar gotas de agua de mis redondos utensilios de ver a través de mi cara. Es inevitablemente triste ver los retratos de varios niños que murieron asesinados en esos días, victimas si cabe, muchísimo mas inocentes de esa sin razón, y que en breves textos revelados por sus familiares vivos, cuentan las aficiones y gustos de estos pequeños. Ha y una docena de ellos, ordenados de mayor a menor edad, y os traduzco uno cualquiera de ellos:

Francine MURENGEZI INGABIRE
Edad: 12 años
Deporte preferido: la natación
Comida preferida: huevos con patatas
Bebida preferida: la leche y la Fanta Tropical
Mejor amiga: Su hermana mayor Claudette
Causa de la muerte: decapitada con un machete
Posiblemente, no tanto como yo allí, pero si os sentiréis bastante tristes al leer estas pocas frases, pero es que son el ejemplo más claro de como se puede llegar a matar a la mayor de las inocencias reflejadas en los indefensos y nunca culpables de nada, niños de todo el mundo.
Paneles con fotos de estos niñoshasta llegar a la de unos bebes entre los muchos que murieron de tan solo un año de corta y marcada existencia.
Los ojos vidriosos solo aciertan a leer también las frases de muchos de estos niños que decían a sus aterradas madres frases como: “No te preocupes mamá, los soldados de la MINUAR nos vendrán a salvar”, cosa esta que nunca ocurrió y que….es incomprensible.
Y para acabar de lavarme la cara, la historia de un niño al que un miliciano va a matar, que acaba de asesinar delante de él a su padre,durante mucho tiempo compañero de trabajo, y que antes de morir el pequeño le pregunta porque va a hacer eso, si ni su padre ni él nunca le hicieron daño alguno. La contestación, signo incomprensiblede la loca sin razón, es un certero machetazo delante de sus vecinos.
Salgo al exterior para recuperarme un poco antes de ver las ultimas salas dedicadas a los otros grandes genocidios conocidos y algunos todavía hoy en día negados como los de Namibia, Alemania, Camboya o Bosnia Herzegovina, y en los jardines de la colina las tumbas colectivas de mas de 250.000 personas con placas de algunos de sus nombres. En una preciosa rosaleda tres fuentes con simbólicas formas representan las diferentes formas de convivencia humana: La unión, la división y la armonía.
  
Acabo esta triste crónica, de un triste y conmovedor día en mi viaje, pero que no me arrepiento de haber conocido, como otros en otros tantos lugares de este planeta que incansablemente intento recorrer y donde el hombre deja a la historia un ejemplo de lo que es capaz de hacer, y como antes comentaba, lo que un grupo de hombres son capaces de planear para exterminar a otro grupo de hombres, mujeres y niños.
Finalizo con una valoración personal que siempre he tenido sobre las masas. Nunca me han gustado mucho, ni en estadios de futbol, ni en plazas de ciudades, ni en manifestaciones callejeras. Una masa es siempre mucho más vulnerable, puede olvidarse del sentido común y dejarse llevar por cualquier mal incitador a la violencia y a actuar de una forma totalmente ilógica. Siempre he sido bastante individualista, sin desmerecer los logros que un grupo puede conseguir, pero siempre desconfiando de las masas incontroladasy que alentadas por diversos intereses son manejadas sin oponer resistencia alguna la mayoría de sus miembros.
De hecho hoy en día sigo comentando con amigos, que los recientes acontecimientos en varios países árabes no son simples manifestaciones espontaneas contra un régimen mas o menos opresor, sino que esta meticulosamente orquestadas para cambiar un gobierno. En algunos casos son eficaces y rápidas, pero en otras causan mucha mas muerte y dolor que el existente antes de ellas, no preocupando mucho el sufrimiento de la mayoría de personas ajenas a los devenires políticos e interesadas únicamente en buscarse el sustento del día con su trabajo y en Paz. Paz. Paz…la mejor de las palabras por encima de las que pensamos son las más importantes. Estoy convencido de que es la primera garantía para conseguir esas otras tres en las que estáis pensando.
Desde Kigali, o desde Auswich, o desde Sarajevo…gracias por estos minutos de lectura, espero os haya merecido la pena leer estas mis sinceras palabras.

2 comentarios:

  1. Hace dos semanas que regresamos de un viaje de dos semanas a Rwanda, estuvimos todo este tiempo en Kigali, trabajando con las gente del pais en un proyecto organizado por el gobierno de Rwanda. Nuestra primera visita tambien fué al Memorial center, conmovedor. Sua gentes ahora miran hacia adelante y como bien dices, no hay Hutus o Tutsis, SON RUANDESES. Una de las miles por los que admirarlos. Un pais para volver

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola MTere, encantado de tu comentario, y de que te haya gustado Ruanda tanto como a mí. Seguimos en contacto por la gran afición y devoción a Africa, que tiene cualquier persona que escoje como destino de viaje Ruanda. Un abrazo y dime si puedo leer sobre tu viaje en blog o en facebook, si tienes cuenta agregame.
      Saludos Alberto Campa.

      Eliminar