Transahariano 2007
7. FRONTERA SAHARAUI MAURITANA
(A bien seguro que hoy os gustará leer este nuevo capítulo
ya muy sahariano)
Habiendo salido muy temprano desde nuestro alojamiento
sahariano, tramites de policía, aduana y ejército de marruecos para pasar ya
solos por la tierra de nadie que lleva hasta el norte mauritano. Al llegar a la
zona de pista, primer atasco y dificultad para salir de la trampa de arena.
Primera ayuda para salir y…¡No me queda ná por delante! Máxima precaución
durante unos cuantos kilómetros en los que antes el ejército formaba convoy
para cruzar frontera pero que ahora toca apañárselas solo evitando los
supuestamente minados laterales de la pista de arena durante largo conflicto
saharaui entre Marruecos y Mauritania.
Buen aliento y ayuda de mis nuevos amigos sevillanos así
como también de nuevo compañero onubense que se nos une a cruzar el Sahara
hacía Malí. Con él viaja Alí, otro ya buen amigo que vive en Merzouga, junto a
la frontera argelina, y al que tuve oportunidad de visitar otro par de veces
después de su muy recordada ayuda en este viaje.
Sin encontrar al principio pista ni rodadas en esta zona de
saharauis y mauritanos, continuaríamos después navegando de oeste a este. La
tormenta de arena de la noche anterior borró cualquier huella y con rumbo a
Choum en los gps’s circulamos por las difíciles dunas de arena. Al principio yo
me entierro sin parar y es Alí quien me socorre como muy experto conductor en
arena. De hecho me va enseñando varios valiosos trucos para abordar las dunas e
intentar no quedar atrapado cada dos por tres. Toca aprender mucho y rápido, ya
que nos quedan muchas jornadas de puro desierto sahariano hasta llegar al
Sahel. No queda más remedio que asimilar todo rápido y coger una experiencia
que me llevaría mes y medio después a emprender camino de vuelta ya en
solitario.
Seguiríamos en esta dirección hasta encontrarnos con las huellas que habrían dejado la noche anterior los participantes del Dakar camino de la mauritana ciudad de Atar. Esta nuestra etapa serían unos 500kms casi en línea recta de pura arena y tierra de muchos saharauis que viven entre la zona mauritana y la controlada por el Polisario. La verdad que a medida que vamos encontrando pequeños asentamientos, a mí me parece mentira que puedan vivir aquí, prácticamente sin nada.
Seguimos camino y nos encontramos con familias a las que vamos dando algo de comida, agua y ropa que llevamos de más en nuestros coches. Nos imaginamos que muchos de los saharauis que viven en los campamentos de desplazados de Tindouf, aunque mínimas si reciben algunas ayudas de agencias humanitarias de Naciones Unidas, cooperación internacional o muchos amigos europeos del pueblo saharaui, pero todos estos se tienen que hacer la vida pastoreando sus pocas cabras, que por cierto casi increíble puedan llegar a alimentarse con los solo cuatros hierbajos que por aquí nacen.
Un poco más adelante nos encontramos atascado en el arenoso
fondo de arena muy blanda a un camión.
Sus ocupantes, un holandés que viaja con una chica de burgos y un
anciano saharaui que después nos contaría militó mucho tiempo en ese resistente
Frente Polisario. Les ayudamos a salir cavando para sacar arena de debajo de
las ruedas y empujando para sacarlo.
Continuando ya todos juntos, formando nuestra pequeña
caravana sahariana, acamparíamos cayendo la noche para pasar la noche con
ellos. Experiencia muy agradable para todos al conocer la vida y aventuras de
cada uno de nosotros. No hay tormenta, cielo estrellado con un brillo especial,
se ven muchas más estrellas que en casa y como decía, todos nos contamos
nuestras pequeñas aventuras saboreando un rico té saharaui.
Nuestro amigo
polisario para ayudar a su familia se gana un poco la vida guiando a gente como
el holandés y su chica que quieren cruzar este desierto con su tan útil y
siempre experta ayuda. El anciano sabe más por viejo que nadie, sabe la
dirección exacta que hay que seguir, sin falta de brújulas o modernos gps, sabe
cuánto falta para llegar a Atar y hasta por donde va a soplar el viento de
madrugada. Por supuesto, como llegar a los actuales campamentos del Polisario
del norte y moverse por un área de miles de kilómetros de arena. Ahora su
misión, llevar a sus nuevos clientes del camión que llevan toda su casa dentro
para viajar por esta siempre difícil pero bellísima África.
Hasta mañana mis amigos, espero os esté gustando seguir este
pequeño diario con ya antiguo periplo viajero por África 🌍
#transahariano
#albertocampa
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